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Miércoles 1 de octubre de 2025
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Como en los tiempos de los "dos Antonios"
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Hace veinte años Rouco y Cañizares escenificaron una rivalidad singular. Hoy, con nuevos protagonistas y otro Papa, la historia parece repetirse en la Iglesia española
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| En los primeros años de este siglo, la Iglesia española vivió un momento singular que algunos bautizaron como el de los «dos Antonios». Uno, Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid, era el hombre de confianza de Juan Pablo II. Era el encargado de acomodar la Iglesia, sobre todo con su influencia en el nombramiento de obispos, al modelo del Papa polaco. Sin embargo, su fallecimiento, en abril de 2005, pareció marcar un ligero declive en su influencia eclesial. Unos meses después, por un sólo voto, no lograba el respaldo de dos tercios requerido para renovar un tercer mandato como presidente en la Conferencia Episcopal —algo que sólo había conseguido el cardenal Tarancón—, y Blázquez, entonces obispo de Bilbao, quedó al frente del Episcopado. | | | Junto a Blázquez, que acabaría protagonizando la presidencia más insulsa e intrascendente de la historia de la Conferencia, aparecía en la vicepresidencia la figura emergente de Antonio Cañizares. Arzobispo, entonces, de Toledo, su especial relación con Benedicto XVI —desde que colaboró con él en la redacción del catecismo— le llevó al cardenalato en el primer consistorio del papa alemán, en 2006, y a convertirse en su hombre de referencia en España. Se formaba así un tándem, «los dos Antonios», de influencia en la Iglesia española, que pese a la sintonía aparente entre ambos, acabó disolviéndose en 2008. | | | Cañizares, más locuaz y convencido de que la voz de la Iglesia no debía dejar de escucharse en cualquier foro ni silenciada en ninguna polémica, comenzó a cobrar protagonismo y convertirse en portavoz oficioso de los obispos. Rouco, en un retiro autoimpuesto tras constatar que no contaba en la Conferencia con el respaldo que creía y mientras trataba de resituarse con el nuevo Papa, prefirió un perfil bajo en lo mediático, pero muy activo en la fontanería, tanto en contactos con las fuerzas políticas como con los centros de poder. | | | Pero, pese a que compartían el mismo acento eclesial, las cosas entre los dos Antonios comenzaron a no funcionar. Cañizares entendió el Tajo como su particular Rubicón y lo cruzó camino de Madrid, convencido de que la excesiva prudencia de Rouco no hacía bien a la imagen pública de la Iglesia. Rouco interpretó aquello como un ataque personal, como un jaque a su cátedra y comenzó a evidenciar que le molestaba el excesivo «ruido» que llegaba desde Toledo. Diferente criterio frente al papel de COPE y sus comunicadores, incluso frente a batallas en las que teóricamente integraban un frente en común -como en la oposición a la asignatura de Educación para la Ciudadana-, les llevó a un distanciamiento irremediable. La historia se saldó cuando Benedicto XVI llamó a Roma al cardenal Cañizares, con un nombramiento oportunista que le sacaba del tablero nacional, para ponerle al frente de una congregación, Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, que nada tenía que ver con la formación y la sensibilidad del arzobispo de Toledo. | | | Cambie hoy la sede de origen de uno de ellos, el rol en la Conferencia Episcopal, el nombre de los Papas, lo de neocardenal por cardenalable y las sensibilidades que representan cada uno de ellos, pero la historia, 20 años después, se parece mucho. En la pugna por ser el hombre del Papa en Españasólo puede quedar uno. El otro, o se anula por sí mismo o se quita, lo quitan, del medio con toda la elegancia de la que este Papa, como Benedicto en su momento, es capaz. ¿Acabará alguien en Roma en los próximos meses? | | | |
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La voz del cardenal Pizzaballa
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| | | | Director Editorial en Cope | | | Nos llegan muchas noticias e interpretaciones sobre lo que está sucediendo en Gaza, voces que producen angustia, impotencia, y muchas veces discusiones amargas y sin salida. La Iglesia cuenta en Tierra Santa con una voz de excepcional calidad, la del Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa. | | | |
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El Papa Pablo VI, durante uno de sus viajes //
ABC
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Israel Viana
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El atentado se produjo cuando el Papa llegó a Manila en 1970, poco antes de saludar al dictador Ferdinand Marcos
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Con el Omella a punto de cumplir 80 años, los nombres sobre su sustituto ya circulan en ambientes eclesiales
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| Cuando Piero Pioppo llegue a Madrid como nuevo nuncio, una de sus primeras tareas, si no la prioritaria, será proponer candidatos al episcopado para la diócesis de Barcelona. El cardenal Omella cumplirá 80 años el próximo 21 de abril, edad marcada como límite infranqueable en las normas vaticanas y en el Código de Derecho Canónico. Será, además, el momento en el que, sin tener en cuenta a los curiales ni a los residenciales en otros países, España se quede únicamente con un cardenal elector, una circunstancia que hace tiempo no se recuerda. | | | Eliminados de la carrera los candidatos preferidos de Omella —como el caso de Satué, recién enviado a Málaga— y mermada, con el cambio de Pontífice, su capacidad de influencia en el proceso, la terna de candidatos está por definir y el contador de los nombres vuelve a cero. Aunque todavía no se ha iniciado formalmente el proceso de consultas, los rumores sitúan en primer lugar al arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses. Natural de Cuenca, pero criado en Cataluña, Saiz, que ya pastoreó la diócesis de Tarrasa, no tiene problemas con ninguna de las lenguas cooficiales. Sin embargo, su vuelta a Barcelona, que supondría el triunfo del estilo Carles, incomodaría a más de uno, incluido su posible antecesor. | | | Junto a él aparece otro nombre que no debería generar resistencia entre los defensores del viejo lema «volem bisbes catalans». En tiempos en que Omella ejercía como oráculo de los nombramientos en España, ya fue destinado a una sede importante precisamente para apartarlo de la carrera barcelonesa. Se trata de Enrique Benavent, arzobispo de Valencia desde octubre de 2022. Por edad, dominio de la lengua, ortodoxia y apertura a nuevas realidades, además de su experiencia en diócesis catalanas (nueve años al frente de Tortosa), era el candidato ideal a suceder a Omella. Pero alguien decidió apartarlo enviándolo a Valencia. Ahora, con nuevo Papa y diferentes sensibilidades, su candidatura gana enteros. | | | Por último, si alguien preguntara hoy a Omella por su candidato, aunque sólo fuera por descarte y en un ejercicio de puro posibilismo, casi seguro señalaría a Javier Vilanova, desde hace cinco años su obispo auxiliar. Aunque todos son conscientes de que esa carambola de pasar de auxiliar a residencial en una diócesis de la magnitud de Barcelona ya no se da en la Iglesia católica. Casos como el del auxiliar de Buenos Aires o el de Madrid, promovidos en poco tiempo al frente de un arzobispado de semejante importancia, difícilmente se repetirán con un Papa doctor en Derecho Canónico. Sólo quedan unos meses para despejar las dudas y saber quién lleva la razón. | | | |
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| Música barroca, luces evolutivas y videomapping en el entorno privilegiado de la iglesia de San Juan de la Cruz de Valencia (calle Poeta Querol, 6) conforman un espectáculo que pretende ensalzar el esplendor del Barroco con la exposición inmersiva «El oro de San Juan». | | | La instalación, diseñada específicamente para el lugar, aprovecha los bajorrelieves, pinturas y azulejería rococó para mostrar una nueva visión del templo, que estuvo cerrado durante más de cuatro décadas. El espectáculo sólo se muestra en horarios restringidos para compatiblizarlo con el culto. La muestra estará abierta hasta el 31 de diciembre de 2025. Más información en su web. | | | Una de las proyecciones de la instalación ABC // | | | |
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Gracias por leernos
¡Hasta pronto!
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