La realidad nos está llevando por delante. Siento sonar tan ‘ceniza’ ya en la primera frase, pero no te puedo mentir. Desde la pandemia de 2020, siento que no soy capaz de procesar todos y cada uno de los ‘momentos históricos’ que nos están tocando vivir. Y, a tenor de mis conversaciones con familia y amigos, veo que estamos todos en el mismo barco.

Cada mes tenemos un nuevo sobresalto, un hito trascendental que puede cambiar el rumbo de la historia o que, por lo menos, cambia nuestra historia las siguientes semanas tras el suceso, porque nos quedamos enganchados a la pantalla, queriendo saber más, buscando entender qué ha pasado -yo no siempre lo consigo-. Aún estábamos digiriendo la vuelta de Donald Trump y sus bandazos ejecutivos, que cambian cada día, y añadimos al listado de fechas históricas de 2025 la muerte del papa Francisco. ¿Qué será lo próximo? Sinceramente, no sé si quiero saberlo todavía.

No sé si a ti te pasará, pero a mí este flujo constante de acontecimientos e informaciones me sumerge en una especie de neblina mental, en la que se mezcla la angustia, el hartazgo, el pasmo… Así que me aferro a los productos culturales que me ayudan a desconectar y salir de ese estado.

Creo que en anteriores entregas ya te conté lo interesante que me resulta la ficción sonora. Le he encontrado el gustillo a eso de viajar a mundos imaginarios a través de mis auriculares, y se han convertido en un refugio seguro en tiempos agobiantes. Me dan unos minutos de calma en los que solo tengo que pensar en lo que está ocurriendo en ese plano sonoro. La realidad seguirá esperándome al final del capítulo.

Las últimas semanas las he pasado inmersa en un videojuego ochentero, y a poco que te interese el mundillo podcast, te podrás imaginar de qué te estoy hablando. Místicas, la última ficción sonora de Carmen Pacheco y Manuel Bartual, ha irrumpido con fuerza huracanada en la escena y ha conseguido dejarnos con la boca abierta a todos los amantes del género.

Es una historia que mezcla el misterio, el terror, las redes sociales, y le hace un metaguiño al mundo del podcasting. Pero lo que realmente trasciende es que es una historia de amistad, de esa amistad tierna e infinita entre dos mejores amigas, Sara y Lola, que saben que siempre podrán contar la una con la otra, hasta en los momentos más oscuros. Un canto al amor más puro entre amigas, y que es un soplo de aire fresco en un mundo tan plomizo como el actual. Punto extra por el diseño sonoro: es impresionante, e incluso cuenta con banda sonora propia.

Pacheco y Bartual ya nos habían regalado otras ficciones en audio, como Blum o Santuario. Se han ganado a pulso los galones de referentes en la materia. Una categoría en la que también se codean con José Antonio Pérez Ledo. Dentro de pocas semanas se cumplirá un año de su último lanzamiento, La quiebra, y no veo el momento en que nos dé una alegría anunciando nuevo proyecto. Por el momento, nos queda revisitar su catálogo, que atesora joyas como Guerra 3 o El gran apagón. Series con toques apocalípticos que no desentonan con los tiempos que corren. Aunque, si tengo que hacerte una única recomendación, te animo a que escuches La firma de Dios. Un pódcast que se lanzó en plena pandemia y bueno… No te puedo decir nada más. Es mejor que lo escuches.

Con este par de recomendaciones me despido, con la firme convicción de que, si les das una oportunidad, encontrarás un mundo sonoro de los que ya no querrás salir. A fin de cuentas, si la realidad nos está llevando por delante, que menos que frenarla un ratito gracias a la cultura, la creatividad y unos auriculares.