En pleno debate sobre el futuro de la guerra de Ucrania y el acercamiento de Donald Trump a Vladimir Putin para iniciar una negociación, miles de militares de la OTAN permanecen desplegados en el flanco este de la Alianza, cerca de la frontera con Rusia. En Letonia se ubica una brigada multinacional liderado por Canadá del que España forma parte con alrededor de 600 efectivos. También están desplegados en la base de Adazi militares de Albania, Chequia, Islandia, Italia, Montenegro, Macedonia del Norte, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia y Suecia, los últimos en incorporarse.

Un grupo -denominado battlegroup y compuesto por unidades canadienses, italianas, polacas y españolas- ha puesto a prueba sus capacidades en el ejercicio 'Oak Resolve 25', en el que han simulado un enfrentamiento con un ejército enemigo en la frontera rusa. En este ejercicio, las unidades españolas fueron las encargadas de asumir acciones defensivas y ofensivas contra un ejército enemigo, representado en esta ocasión por un batallón sueco.

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La firma Nazca Capital ha lanzado este lunes un fondo de capital riesgo con el foco en el sector de defensa y aeroespacial que prevé cosechar 400 millones de euros, lo que lo convertiría en el mayor vehículo de este tipo en España y el segundo de Europa.

La entidad asegura que el mecanismo ha despertado un gran interés en la comunidad inversora, tanto nacional como internacional. Con este fondo prevé financiar el crecimiento de compañías españolas que operan en el ámbito de la defensa, seguridad y aeroespacio mediante operaciones de 'buyout', ampliaciones de capital e instrumentos de deuda, tanto para tomar en dichas compañías posiciones mayoritarias como minoritarias.

La política exterior del presidente Trump, inédita en su estilo, avanza de sobresalto en sobresalto. El shock que produjeron las declaraciones del secretario de Defensa norteamericano, Pete Hegseth, en el Cuartel General de la OTAN el pasado 13 de febrero de 2025 pasó a un segundo plano tan solo un día después gracias al discurso del vicepresidente Vance en la Conferencia de Seguridad de Múnich, eclipsado a su vez por la apertura en Riad de negociaciones directas entre Rusia y Estados Unidos -sobre Ucrania, pero sin Ucrania ni Europa presentes-, hasta culminar el 28 de febrero en la brutal sesión en el Despacho Oval en la que Donald Trump y su equipo de seguridad, como una intimidatoria cuadrilla de matadores, sometieron a un solitario Zelenski a un inmisericorde escarnio público que pasará a los anales de la diplomacia.

El mundo asiste, estupefacto y preocupado, al desarrollo precipitado de los acontecimientos, preguntándose si el orden instituido en 1945 ha muerto, y si el vínculo transatlántico se ha roto irremediablemente. En medio de esta ceremonia de la confusión, conviene templar y hacer un ejercicio de análisis que separe hechos de especulación, intentando aclarar el panorama.